Beyoncé derrocha sensualidad ante 18.000 personas en Barcelona

Beyoncé derrocha sensualidad ante las 18.000 personas que llenaron ayer el Palau Sant Jordi de Barcelona, la única parada en nuestro país de su gira "The Mrs.Carter Show World Tour". La cantante bailó e interpretó sus temas más conocidos durante las más de dos horas que duró el concierto.

EFE

Barcelona 25/03/2014 16:43

Fuegos artificiales, coreografías gimnásticas, ocho cambios de vestuario, una voz poderosa y, sobre todo, mucha sensualidad fueron los elementos con los que Beyoncé deslumbró ante los 18.000 entregados espectadores que llenaron ayer el Palau Sant Jordi de Barcelona.
La expectación era máxima en el único concierto en España de la fase europea de The Mrs. Carter Show World Tour 2014, con las entradas agotadas 24 horas después de ponerse a la venta, a pesar de que los precios no bajaban de 70 euros.

Miles de personas llegadas de diferentes puntos de España hicieron cola durante horas para pasar los controles de seguridad de entrada al recinto, dispuestas a soportar ese pequeño sacrificio a cambio de ver en vivo a la diva más sexy del momento, un trono muy disputado. Con un retraso perdonable, el escenario se abrió como las aguas del Mar Rojo y Beyoncé emergió como una diosa, dispuesta a hacer olvidar a los presentes la vulgaridad de lo cotidiano. Objetivo que cumplió con creces.La norteamericana ofreció dos horas de música, baile y espectáculo, en las que alternó los temas de su último álbum con algunos 'hits' como Blow y Naughty Girl.

Una banda musical de ocho mujeres muy solventes, tres coristas espléndidas, una decena de bailarines perfectamente sincronizados y un efectivo juego de proyecciones, pantallas y luces acompañaron a la reina de la música de baile con resonancias negras.
Pero, sin duda, lo más deslumbrante de la puesta en escena de Beyoncé fue la propia Beyoncé.

Con su melena al viento (había varios ventiladores para lograr tal efecto), la afroamericana se contorsionó en todas las posturas posibles: sobre una silla, alrededor de una barra, sobre un reclinatorio más adecuado para los movimientos horizontales y al unísono con sus bailarines.

Sensualidad que la cantante defendió como una manera de feminismo, ya que, como aclaró al principio del concierto en un vídeo, "las mujeres también son seres sexuales, no sólo los hombres".En este alegato feminista, Beyoncé habló de la igualdad entre hombres y mujeres que, en su opinión, incluye el derecho de la mujer a ser tan ambiciosa y tan sexual como el hombre.La sexualidad siempre presente no hizo perder la elegancia a la intérprete, que se ha mantuvo fiel a un guión lleno de curvas, con el que llegó a Barcelona tras recorrer medio mundo.

Un guión que modificó un poco para el público español cuando cantó en español Irreplaceable Y cogió una bandera española que le ofrecían desde el público.El poderío de su voz y su amplio registro se pudo comprobar en varias ocasiones, en especial, cuando llegó el turno de Why don't you love me, que el público ovacionó con pasión. Los temas Halo y XO pusieron el broche final a una noche en la que Beyoncé bailó y cantó mucho, pero ha habló poco, aunque las pocas veces que lo hizo el público saltó de alegría.

Especialmente alegres estuvieron los privilegiados espectadores de la zona VIP, a los que la diva dio la mano y que pudieron verla a dos palmos, así como el chico al que dedicó "Happy Birthday", algo que suele hacer en cada concierto, aunque el homenajeado lo vivió como un momento único. Entre el público también pudieron verse caras conocidas como la de los jugadores del Barça Messi, Pinto, Alves, Pedro o Cesc Fàbregas que no quisieron perderse el concierto de la cantante estadounidense.