PRIMERA FECHA DE SU GIRA EUROPEA

Lady Gaga regresa a Barcelona con energía y fuerza

Su espera fue larga, casi un año desde que anunció su primer concierto en Barcelona, pero en el resultado se aprecia el esfuerzo y la dedicación de Lady Gaga durante estos meses. La artista aterrizó en el Palau Sant Jordi con su primer show de la gira europea de Joanne World Tour y lo hizo con energía y ganas, mostrando cercanía y recordando el atentado del pasado mes de agosto en la Ciudad Condal.

Lady Gaga durante su concierto en Montreal (Canadá)
Lady Gaga durante su concierto en Montreal (Canadá) // Getty

Europa FM

Barcelona 15/01/2018 11:17

Llegó la noche más esperada para los Little Monsters españoles. Tras posponer sus conciertos programados en septiembre, Lady Gaga regresó con fuerza al escenario del Palau Sant Jordi de Barcelona, el primer concierto de la gira europea de Joanne World Tour.

Derrochando energía, empatía y carisma ante 15.000 personas, la diva del pop llegó dispuesta a conjurar el dolor con grandes dosis de espectáculo, tras verse obligada a anular los conciertos europeos por un brote de fibromialgia. Y lo consiguió desde el primer minuto, cuando salió al escenario como una apisonadora, rebosante de energía y subida a una plataforma desde la que interpretó el primer tema de la noche: Diamond Heart, de su último álbum, Joanne.

En la segunda canción, A-Yo, también de su nuevo disco, aparecieron sus esforzados bailarines que la acompañaron durante todo el espectáculo, dejándose la piel, mientras ella, que también se entregó en cuerpo y alma, se quitó el sombrero dorado y la cazadora de cuero para coger la guitarra y hacerlo todo a la vez: cantar, bailar y tocar.

El público del Palau Sant Jordi saltó con Poker Face, y siguió haciéndolo, pero de alegría al ver que la diva está en buena forma. Durante casi más de dos horas, Lady Gaga presentó un espectáculo sin tregua, en el que alternó temas de su último disco con algunos de sus hits, como Alejandro o Telephone. Todo ello adornado con continuos cambios de vestuarios y movimientos escénicos, que llegaron a su punto álgido cuando descendieron dos pasarelas del techo, que conectaban el escenario principal con los tres anexos. Un show con una impresionante pantalla gigante, tres ovaladas, varias plataformas con posibilidad de inclinarse, fuego real sobre el escenario principal y luces en todas las direcciones y de todos los colores.

En siete ocasiones, Lady Gaga abandonó el escenario para cambiarse de ropa, pero el ritmo del concierto no decayó en ningún momento, porque los interludios, con vídeos y efectos visuales, mantenían hipnotizados a los seguidores.

La emoción y la empatía también estuvieron muy presentes, especialmente cuando la diva recordó a las víctimas de los atentados terroristas del pasado mes de agosto en Barcelona. "Os amo y dedico esta canción a Barcelona, a su tragedia y a todos los que sufren" dijo antes de sentarse al piano e iluminar el Sant Jordi con The Edge Of Glory.

En ningún momento hizo referencias directas a su enfermedad, pero sí muchas indirectas y dejándose querer cuando explicó el origen de su nuevo disco, Joanne, dedicado a su tía, que falleció de lupus a los 19 años. Y, aunque Gaga no llegó a conocerla, porque murió antes de que ella naciera, Joanne Germanotta marcó a su familia y a ella misma, ya que la herida estuvo abierta muchos años. Lady Gaga recordó este capítulo de su vida familiar durante la segunda parte del concierto, la que aprovechó para defender la igualdad y repetir muchas veces que ama a todo el mundo, seamos del color que seamos y de la orientación sexual que elijamos.

Después de conquistar al público con sus palabras, se desmelenó con Paparazzi y Bad Romance, tema con el que dejó claro que, aunque últimamente está concediendo más terreno a la persona que al personaje y a la sofisticación de Lady Gaga, los vestidos imposibles siguen formando parte de ambas.

Tras el festival de luz y color de Bad Romance, la cantante volvió al piano para despedirse de su público con Million Reasons; y así cerrar un concierto en el que montó una fiesta pero mostró su lado más íntimo, algo que define a la perfección a Lady Gaga.