EL EDULCORANTE ENGAÑA

Los alimentos dietéticos en realidad hacen que engordemos más

Los alimentos edulcorados, que tienen menos azúcar pero son más dulces, engañan a nuestro metabolismo, que responde provocando cambios no solo en la flora intestinal, también en nuestro metabolismo al completo.

5 postres sin azúcar ni harina
5 postres sin azúcar ni harina // Pixabay

Europa FM

Madrid 23/08/2017 11:51

¿Cuál es la relación entre el uso de edulcorantes artificiales y la diabetes? Un nuevo estudio elaborado por la Facultad de Medicina de Yale (EEUU) ha demostrado que la intensidad del dulzor de un alimento refleja la energía que contiene.

Así, los productos dietéticos (que están edulcorados) engañan a nuestro metabolismo porque, aunque lleven menos calorías, nuestro cuerpo tiene una mayor respuesta metabólica. Esto significa que nuestro cuerpo debe realizar el doble de cambios (químicos y biológicos) para digerir el alimento. Por lo tanto, engorda más.

Tal y como explican en TecnoExplora, una bebida dulce pero baja en calorías puede desencadenar una mayor respuesta metabólica que una bebida con más calorías.

Para Dana Small, profesora de psiquiatría y líder del estudio, "una caloría no es realmente una caloría".

"La suposición de que un mayor número de calorías desencadenan una mayor respuesta metabólica y cerebral es incorrecta. Las calorías son sólo la mitad de la ecuación, la percepción del sabor dulce es la otra mitad", asegura Small.

Este desajuste entre el "sabor dulce" y las "calorías reales" provoca que el cerebro no registre correctamente las calorías reales que se han consumido. Sucede sobre todo en alimentos como el yogur edulcorado.

"Nuestros cuerpos evolucionaron para utilizar eficientemente las fuentes de energía disponibles en la naturaleza. Nuestro entorno alimentario moderno se caracteriza por fuentes de energía que nuestros cuerpos nunca han visto antes", aclara Small.

La investigación, publicada en Current Biology, podría aportar algo de luz sobre la relación entre algunos edulcorantes artificiales y la diabetes. Para lograr establecer una conexión, todos los investigadores coinciden en que deben seguir trabajando.