Miley Cyrus exhibe en Barcelona todo un alarde de pirotecnia musical con la ikurriña al viento

Miley Cyrus estrenó el pasado viernes su gira española de Bangerz Tour en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Si bien no se agotaron todas las entradas, quienes asistieron al concierto se quedaron literalmente boquiabiertos. Y es que el público salió del Palau sin encontrar calificativos exactos para describir tal vorágine artística.

Irene Díaz y Alejandra Castelló

Palau Sant Jordi (Barcelona) 14/06/2014 15:39

Un tobogán en forma de lengua fue el pistoletazo de salida al show, al que le siguieron una lluvia de billetes, un 4x4 espectacular sobre el que cantó acompañada de un rapero caricaturizado, una cama enorme con bailarines subidos de tono, una enana con la careta de Britney Spears, una giganta a la que Miley Cyrus no dudó en azotarle el culo, un lobo hinchable de 7 metros y un sinfín de atrezzo hasta despedir el show volando sobre el Palau Sant Jordi de Barcelona subida en un hot dog gigante.

Irene Díaz y Alejandra Castelló de Levántate y Cárdenas en el concierto de Miley Cyrus

Un espectáculo casi imposible de seguir por la cantidad de ambientes que se recreaban al mismo instante sobre el escenario, mientas miles de fans chillaban como locas. Fans que incluso participaron en su espectáculo besándose con quién tenían al lado cuando en un momento determinado la cámara que seguía el concierto las situaba en medio de un anillo que salía por las pantallas del escenario.

Y por supuesto no faltaron las excentricidades de la ex chica Disney durante las más de dos horas de actuación ininterrumpida. Entre canción y canción quizá el desfase más aplaudido fue el de, tras tirarse agua en el pecho, ponerse agua en la boca y escupirla a la boca de sus fans desde el escenario.

Numerosos medios de comunicación se han hecho eco de lo que parecía la mayor provocación de la artista, cuando la joven ondeó una Ikurriña, la bandera del País Vasco, dando a entender que apoyaba las reivindicaciones terroristas. Pero no fue así, cualquiera que estuviera presente pudo ver con claridad como el público lanzó numerosas banderas (igual que numerosos peluches, ropa...) y Miley cogió la primera que vio para ondearla durante unos segundos. Fue la Ikurriña como podía haber sido la de Murcia.

En definitiva, Miley Cyrus no defraudó y una vez más, sorprendió. El Palau Sant Jordi de Barcelona pudo disfrutar de la energía, las locuras y las excentricidades tan esperadas de la cantante, pero al mismo tiempo no se puede obviar el trabajado show, coreografías y voz que demostraron, que aunque solo nos llegan las provocaciones de la cantante, detrás de todo hay mucho más de lo que nos podemos imaginar para estar a la altura de lo que demanda su fiel afición.