REMEMORANDO ÉXITOS

25 años de ‘El Viaje de Copperpot’, la historia del disco que consagró a La Oreja de Van Gogh

La trayectoria de La Oreja de Van Gogh está plagada de éxitos, aunque ninguno como El Viaje de Copperpot. 25 años después de su lanzamiento, el segundo álbum de la banda sigue formando parte de la lista de los 10 discos más vendidos de la historia de la música española y muchas de sus canciones siguen sonando hoy en la radio. Repasamos cómo surgió este proyecto que lanzó al grupo al mercado internacional.

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La portada de ‘El Viaje de Copperpot’ de La Oreja de Van Gogh
La portada de ‘El Viaje de Copperpot’ de La Oreja de Van Gogh | SONY

Madrid11/09/2025 06:00

Corría el año 2000 cuando La Oreja de Van Gogh sacaba su segundo disco, El Viaje de Copperpot, un trabajo que por aquel entonces ninguno de los integrantes de la banda podía imaginar que se convertiría en el séptimo álbum más vendido de la historia de la música española.

Tras su buen debut con Dile al sol, que marcó el inicio de la carrera de los donostiarras, llegó el boom. Muy pronto canciones como Cuídate, Pop o La Playa se convirtieron en éxito y hoy, convertidas en clásicos de siempre, siguen sonando en nuestra radio.

El disco no solo resulta interesante por ser el responsable de lanzar a la banda al mercado internacional y consolidarla dentro del panorama nacional, sino que además esconde varias curiosidades. Entre ellas, su título inspirado en la película Los Goonies y más concretamente en el explorador Chester Copperpot.

Como en la película de 1985, La Oreja de Van Gogh trató de hallar un tesoro que, a diferencia del explorador, obtuvo con creces. Ni la marche de sus vocalistas —primero, Amaia Montero y luego, Leire Martínez— ni los años han hecho que sus letras pasen a un segundo plano.

El Viaje de Copperpot está más vivo que nunca y hoy, con motivo de su 25 aniversario, analizamos cómo fue la creación de esta joya de la música española.

Una apuesta arriesgada

Antes de que Amaia Montero se uniera a La Oreja de Van Gogh, formada por Pablo Benegas (guitarra), Álvaro Fuentes (bajo), Xabier San Martín (teclados) y Haritz Garde (batería), el grupo se dedica a hacer versiones de bandas como Pearl Jam o Nirvana. Fue con la entrada de la vocalista cuando decidieron crear música propia.

Dile al sol, su primer trabajo lanzado en 1998, fue un álbum que aún podía denominarse como propio del género Donosti Sound, que bebía del indie, el grunge y tenía ciertos elementos del rock. Sin embargo, su última canción, Qué puedo pedir, fue la antesala de lo que se venía, con sonidos más propios del pop y un tono más festivo.

Así, la banda dio este giro a su música, apostando por algo diferente a lo que habían estado haciendo hasta el momento, lo que al principio desconcertó a sus seguidores por verlo como un salto hacia el mainstream, pero que después quedó demostrado como todo un acierto.

Gracias a ello, vio la luz El Viaje de Copperpot, un disco con 12 canciones que encajan a la perfección, un giro hacia el power pop con ecos de los sesenta y setenta y ciertas notas de electrónica en los arreglos.

Producido por un grande

Pero si a alguien hay que agradecer que este proyecto saliera adelante es a su productor, Nigel Walker, uno de los responsables de grandes canciones que han marcado el pop español. Entre otros, produjo a Hombres G, El Canto del Loco o Pereza, por lo que, si escuchabas en la radio una canción a mediados de los 2000, es muy probable que él estuviera detrás.

En una entrevista en ABC, el productor reveló que al principio tuvo sus dudas en cuanto a querer trabajar con el grupo, pues su primer disco no le gustó mucho, pero "una chica de Sony" le animó a conocerlos. Tras quedar en una pizzería en San Sebastián, Walker escuchó sus canciones y decidió apostar por ese proyecto.

"Trabajamos y vendieron más de dos millones de copias. Son gente normal, superhumilde", contó Walker, quien recordó también que Pablo, Álvaro, Xabi y Haritz le pidieron tocar los instrumentos en la grabación, o como en el disco anterior.

Entre San Sebastián y Francia

San Sebastián fue la ciudad que vio nacer a La Oreja de Van Gogh, siendo este el lugar para la creación y composición de las canciones de El Viaje de Copperpot. Entre enero y mayo de 2000, la banda compuso un total de 23 canciones, de las que luego eligieron las doce del disco.

  • Cuídate
  • Soledad
  • París
  • La playa
  • Pop
  • Dicen que dicen
  • Mariposa
  • La chica del gorro azul
  • Tu pelo
  • Tantas cosas que contar
  • Los amantes del círculo polar
  • Desde el puerto

Las sesiones de grabación tuvieron lugar en Francia, en los Estudios Du Manoir, en la comuna francesa de Léon, en las Landas. Fue allí donde se les ocurrió el título del álbum, concretamente cuando veían la película Los Goonies en un descanso entre sesión y sesión.

Su puerta hacia Latinoamérica

De todos los éxitos que consiguieron, sin ninguna duda, el que menos se esperaban fue la gran repercusión que tuvieron en Latinoamérica. Según revelaron en una entrevista en los 2000 para La Jornada, la banda nunca pensó "salir de España", por lo que el éxito tan espontáneo de canciones como Soledad o Pop les pilló completamente desprevenidos.

A esto mismo hizo referencia Amaia Montero en un vídeo que publicó por el 20 aniversario del disco, refiriéndose a que se quedaron "en shock" con el recibimiento. "Es el disco que nos abrió las puertas a Latinoamérica, que nos volvió internacionales", declaraba la cantante, agradeciendo a su público y a la banda por una "de estas cosas que no se pueden olvidar, por mucho que pasen los años".

El éxito de El Viaje de Copperpot es algo completamente indiscutible, no hay más que ver los discos de platino que lograron en España, México y Estados Unidos, un total de 13, para poder comprobarlo. Pero, lejos de las ventas y el número de escuchas, están los recuerdos. Son muchos los que tienen una historia vinculada a las canciones de este disco y de esta banda.