EL PSICÓLOGO DE CUERPOS ESPECIALES

Santos Solano explica por qué es peligroso que los padres proyecten sus expectativas en sus hijos

Santos Solano ha vuelto una semana más a Cuerpos especiales para hablar de salud mental. Esta vez nuestro psicólogo advierte del peligro de proyectar las expectativas propias en nuestros hijos y explica por qué los niños no tienen esa necesidad.

Europa FM

Madrid12/12/2023 10:30

No es ninguna novedad. Muchos padres proyectan sus propias expectativas en sus hijos y, a veces, llegan a imponerles decisiones importantes sobre qué profesión escoger o con quién deben juntarse y con quién no.

No debemos hacerlo y así lo ha dejado claro Santos Solano, el psicólogo de Cuerpos especiales, este martes durante su visita al morning de Europa FM.

"A pesar de que partimos de que hay una buena intención detrás, sabemos que este comportamiento puede acabar ocasionando problemas a nivel familiar porque los hijos no siempre quieren o no siempre pueden alcanzar esos deseos", ha advertido el especialista en su charla con Eva Soriano y Nacho García.

La cuestión es que un adulto y un niño no se comportan igual en este sentido. Si bien, los primeros basamos nuestra vida en las expectativas porque dan sensación de seguridad, de estar en calma; en la infancia y en la adolescencia tiene mucho más peso el presente.

"Lo que hacemos los adultos es crear esas expectativas en los hijos en base a nuestra propia experiencia. 'Si yo en la adolescencia lo pasé mal por esto, pretendo evitarte el malestar a ti diciéndote lo que tienes que hacer'...", explica Santos Solano.

Lo hacemos por ayudar pero se puede conseguir justo el efecto contrario porque en las edades más tempranas la importancia está en el presente. "Al final nos estamos formando como personas y las expectativas de futuro no tienen tanto peso para organizar la vida. Lo importante son las experiencias del día a día que van conformando a la persona", continúa. "Lo importante no es que tu hijo vaya a ser médico o ingeniero, sino que consiga el máximo desarrollo de su potencial y esto le permita sentirse aceptado, a gusto y querido".

Al final de lo que se trata es de "reconocer su individualidad" y no hablar en plural de sus logros y fracasos. "Con eso lo que vamos a conseguir es que incentivemos que tengan sus propios sueños y motivaciones. Está muy bien que lo orientes en base a su experiencia pero al final tienen derecho a vivir sus propios experiencias y cometer sus propios errores".

El objetivo es estar presente, siempre disponible, pero a la vez alejarse de la sobreprotección. "Estar ahí cuando necesiten nuestro apoyo y protección, aunque en un momento dado no tengamos un consejo claro. Se trata de apoyar, escuchar e incluso reconocer que, en un momento dado, no tenemos idea de cómo actuar".