José Luis Cordeiro:"Estamos entre la última generación mortal y la primera generación inmortal"

Hablamos con José Luis Cordeiro, miembro de la Singularity University y autor del libro 'La muerte de la muerte', sobre el caso de Elizabeth Parrish, la primera mujer en someterse a un tratamiento de alargamiento de telómetros para rejuvenecerse por dentro. "Estamos entre la última generación mortal y la primera generación inmortal", asegura explicando científicamente que esto es posible.

Europa FM

Barcelona 17/09/2020 11:57

El miércoles comentamos en Levántate y Cárdenas el documental 'Elixires de la juventud' de Actualidad RT, en el que se mencionaban formas de mantenerse joven por mucho tiempo, tales como la criogenización o la modificación del ADN.

A raíz de este documental, hablamos del caso de Elizabeth Parrish, la primera persona en el mundo que, en 2015, cuando tenía 44 años, fue a Bogotá (Colombia) para recibir este tratamiento ya que en Estados Unidos está prohibido hacerlo en seres humanos. Ahora con 50, afirma que se siente con más energía y que sus células tienen una edad de 33 años.

Hoy tenemos en el programa al científico José Luis Cordeiro, miembro de la Singularity University y autor del libro 'La muerte de la muerte', que nos habla de este tratamiento.

"Esto lo hizo por su hijo. Su hijo se enfermó y ella empezó a averiguar qué se podía hacer para curar diferentes enfermedades. Entonces descubrió algo que empezó a hacer en España la científica María Blasco. Un experimento con ratones en el que descubrió que haciendo crecer los telómeros, que es la parte final de los cromosomas, los ratones y otros animales viven más. Entonces ella quiso experimentar eso en ella, en lugar de su hijo", explica afirmando que la ayudó a irse a Colombia para poder someterse a este experimento que estaba prohibido en Estados Unidos.

Cordeiro explica que esto se descubrió con las células cancerígenas, que nunca envejecen, aunque si pueden matarse con quimioterapia. Estas células crean telomerasa, que hacen que las células no envejezcan. "El problema de los tratamientos con telomerasa es que podría existir la posibilidad de que le diera cáncer, por eso no se hace en humanos. Aunque en otros animales nunca ha generado cáncer".

Estos tratamientos permiten calcular la edad biológica, que no tiene que ver nada con la cronológica. En el caso de Liz Parrish, que ahora tiene 50 años, Cordeiro asegura que biológicamente tiene 20 años menos, y que eso puede verse en la longitud de los telómeros.

¿CUÁNDO SE PODRÁN HACER ESTOS TRATAMIENTOS DE FORMA NORMAL?

"La gente tiene que saber que esto es real, que es científico y es posible. La gente desconoce que el cáncer no envejece y que puede vivir eternamente", explica haciendo referencia al caso de Henrietta Lacks, que murió en 1950 de cáncer pero sus células siguen vivas a día de hoy, sin envejecer.

"Igual que la gente no sabe que el cáncer es inmortal la gente no sabe que la inmortalidad biológica para los humanos va a ser posible pronto. Mi objetivo es que la gente sepa que esto es real y se va a conseguir muy pronto", asegura, y añade: "Estamos entre la última generación mortal y la primera generación inmortal".

"Mi amigo y fundador de Singulary University, Raymond Kurzweil, dice abiertamente que en el año 2045, a más tardar, vamos a tener estas tecnologías disponibles para las personas que las quieran" concluye.

DOCUMENTAL 'ELIXIRES DE LA JUVENTUD'

En este documental hablan de la modificación del ADN inyectando telomerasa para alargar los cromosomas, que es lo que nos ha explicado José Luis Cordeiro, pero también hablan de la criogenización.

La criogenización es una técnica que consiste en conservar un cuerpo a una baja temperatura que permite mantenerlo hasta 100.000 años. Legalmente, la persona criogenizada consta como difunta, hasta que se considere la posibilidad de revivirla.

Otro documental que habla de este tema es Criogenización: vivir dos veces. estrenado en Netflix el pasado 15 de septiembre. Un documental tailandés que narra el viaje de unos padres budistas tailandeses que deciden criogenizar a Einz, su hija de dos años, el día que muere a causa de un tumor cerebral. Einz se convirtió en la persona más joven del mundo en someterse a la criopreservación.