EN AUSTRALIA | UNA PAREJA DE JÓVENES

Ganan un concurso de preservativos para tener sexo en los mejores hoteles y contar la experiencia

Una pareja australiana ha sido la ganadora de un concurso cuyo premio consistía en visitar los mejores hoteles de Australia con todo pagado, tener sexo en ellos y después contar la experiencia.

Jessica D'Argent y Justin Engelke
Jessica D'Argent y Justin Engelke // Facebook Justin Engelke

Europa FM

Madrid 20/02/2018 17:26

Jessica D'Argent, una joven australiana de 23 años, y su pareja de 26, Justin Engelke, fueron los afortunados ganadores de un concurso organizado por una conocida marca de preservativos de su país.

Como premio, la pareja visitó los hoteles más increíbles y lujosos de Australia con todos los gastos pagados. Disfrutaron de diferentes hoteles boutique en Sydney, Melbourne, Australia Occidental, Tasmania y Byron Bay.

Eso sí, el requisito indispensable para poder disfrutar de este premio era que, a cambio, cada uno debía contar con todo lujo de detalles sus experiencias íntimas y las comodidades de cada alojamiento para un blog de viajes eróticos llamado Places of Intimacy.

En declaraciones para Daily Mail, Justin Engelke ha contado cómo consiguieron ganar este premio: "Tuvimos que hacer un mini cuestionario y luego enviar un vídeo que nos presentaba antes de una entrevista de skype. Fue un proceso bastante intenso, pero tuve un buen presentimiento y le dije a Jessica creo que vamos a ganar esto y afortunadamente lo hicimos".

La estancia en el VDL de Stanley Jessica la denominó "escalera al séptimo cielo". "Al cerrar la puerta de la habitación, corrí hacia las escaleras para mirar hacia nuestra cama, pero él me atrapó antes de llegar al primer escalón", relata en el blog. "El momento fue emocionante. Me empujó contra la pared de piedra y celebramos encontrarnos en este lugar del fin del mundo", continúa la joven.

Por su parte, Justin ha asegurado que en el hotel The Atlantic, en Byron Bay, "lo más destacado de nuestra habitación era la ducha de lluvia al aire libre y la silla colgante que colgaba del techo. La silla era una altura perfecta y una invitación para nosotros"."Bañado por la luz del sol, levanté a Jess en el asiento y suavemente masajeé , acariciándola suavemente, asegurándome de que coincidiera con el movimiento oscilante de la silla suspendida. Ella colgó felizmente en mis brazos", detalla el australiano en el blog erótico.