Mónica Naranjo tiñe de negro Madrid con el veneno de su Tarántula

Después de siete años de exilio musical, Mónica Naranjo ha pisado el escenario del Palacio de los Deportes de Madrid para ofrecer un breve concierto en el que ha cantado gran parte de su nuevo disco, Tarántula, y ha teñido bajo un manto gótico sus temas más conocidos, como Sobreviviré y Desátame. Como una heroína con aspecto de vampiresa. Así ha aparecido la artista catalana -arnés incluido para flotar sobre el público-, en una noche en la que la oscuridad ha reinado durante la hora y media que ha durado el espectáculo. sí dejaba claro Mónica Naranjo que la melena bicolor con la que se dio a conocer ha quedado finalmente atrás, aunque el torrente de voz de una de las divas gays por excelencia continúa entusiasmando a su público más fiel.


Acompañada por un séquito de artistas-bailarines que realizaron a lo largo de todo el concierto números de danza contemporánea -como acrobacia aérea- la cantante daba inicio a la velada con uno de sus temas más conocidos, Desátame, que provocó la euforia de los fans. Siempre de negro y más "pantera" que "tarántula", Mónica Naranjo continuó con otros temas del repertorio de discos anteriores como Sólo se vive una vez y Perra enamorada, tras los que se sucedieron las canciones de su nuevo disco, un trabajo que dista de los anteriores no sólo en sonidos sino también en tiempo, ya que han hecho falta siete años para que la artista volviera a trabajar en un estudio.


Con Usted, un tema de crítica política, Mónica Naranjo dejaba ver su lado más reivindicativo, y no dudó tampoco en mostrar ciertas influencias hip-hop en Todo mentira, una canción en la que la sensualidad de sus acompañantes en el escenario, vestidos entre lo gótico y lo zen, se mezclaba con los característicos gritos -afinados- de la artista. No faltó tiempo para que la catalana se enfundara el arnés de nuevo y "volara" sobre el público con Diles que no, aunque la espectacularidad del momento dejó paso a la interpretación más relajada de danza en Idilio, un tema en el que Mónica Naranjo no apareció en el escenario. De hecho, a lo largo de toda la noche, la artista compartió protagonismo con los músicos y los bailarines, que cuando no aparecían con crestas imposibles lo hacían con aspecto de "pornochacha", según sugirió la cantante momentos después de que una de las bailarinas apareciera en el escenario plumero en mano y enfundada en una minifalda de vértigo con delantal incluido.


Una lástima, debieron pensar algunos, que las pantallas gigantes del Palacio de los Deportes estuvieran apagadas durante el espectáculo, algo que impidió ver los detalles del show a gran parte del público. Ya cercanos al final, Mónica Naranjo dedicó la velada a "un gran amigo que está pasando un mal momento, aunque lo va a superar", tras lo que pidió a los asistentes que mandaran toda su energía al homenajeado.

Con antifaz y cierto aire operístico, la artista triunfaba en el recinto con su nuevo single Europa, un tema con un sonido más discotequero y que puso en movimiento a los fans, que no tardaron en pedir una de las canciones más famosas de la cantante, Sobreviviré. "Este tema para mí significa mucho, son momentos difíciles por algo que algún día explicaré, pero hoy no me quiero poner a llorar ni perder la compostura. Este es una canción que toca mi alma", confesó la artista un instante antes de comenzar a entonar los primeros acordes del conocido éxito. Con él cerraba la noche Mónica Naranjo, no sin antes comentar que el concierto fue "espectacular" y pedir al público que fuera "feliz y, sobre todo, libre".