La historia real detrás de 'Casa Gucci': lujo, un asesinato a sueldo y una herencia millonaria

Vidas rodeadas lujo, un crimen a sueldo y una herencia millonaria. Estos son los ingredientes principales de House of Gucci, la película de Ridley Scott basada en el libro homónimo de la escritora Sara Gay Forden, que se apoyó en el testimonio de Patrizia Reggiani -principal protagonista- para documentar la historia. El film llega a los cines este viernes 26 de noviembre.

A quién interpreta Lady Gaga

Lady Gaga se pone a las órdenes de Ridley Scott para interpretar a Patrizia Reggiani, la exmujer que Maurizio Gucci (interpretado por Adam Driver), nieto del fundador de la firma de moda italiana. El empresario murió asesinado en Milán por un sicario en 1995, cuando tenía 47 años.

Durante la investigación se descubrió que Reggiani, de la que Maurizio se había divorciado unos años antes, fue la que contrató al sicario para acabar con la vida de su marido y disfrutar de la millonaria herencia. Fue condenada y encarcelada por este homicidio en 1997, pero en 2013 quedó en libertad condicional por su buena conducta tras haber pasado 16 años de arresto. En un principio fue condenada a 26 años de cárcel.

La historia real de Patrizia Reggiani y Maurizio Gucci

En la vida real, Patrizia Reggiani y Maurizio Gucci se conocieron en una fiesta de la élite aristócrata italiana en noviembre de 1970. Él tenía 20 años y ella 21 y lo suyo fue amor a primera vista. "Maurizio estaba loco por ella en un principio. Creo que Patrizia también se enamoró de él, pero también creo que había sido preparada por su madre para entrar en esta sociedad de alto nivel", asegura la escritora a la revista Elle.

En el libro se relata una historia de amor adolescente llena de pasión, excéntricos viajes y rodeada de lujos. Desde la segunda cita, Maurizio pidió matrimonio a Patrizia, pero no obtuvo el 'sí, quiero' hasta dos años más tarde. Rodolfo Gucci, padre de Maurizio, siempre se opuso a la relación.

Se casaron en 1973 y tuvieron dos hijas, Alessandra y Allegra. Ambos tenían cerca de 24 años cuando se casaron, algo que, unido al cuestionado pasado de Patrizia, hizo que la familia del empresario no viese con buenos ojos ese matrimonio. Con el nacimiento de las niñas, Patrizia comienza a tener mucho más peso dentro de la empresa, algo que supone el rechazo del resto de miembros de la familia.

Después de 12 años de matrimonio, en 1985, Maurizio abandona el hogar familiar para comenzar a salir con Paola Franchi. El magnate empresarial empieza los trámites de separación de Patrizia y en 1991 firman los papeles de divorcio.

A pesar de haber conseguido un acuerdo muy favorable económicamente, con una manutención para sus hijas millonaria, Patrizia no queda satisfecha y comienza a planear el asesinato del que había sido su marido. Pensaba que con el divorcio la herencia peligraba para sus hijas y encargó los servicios de un sicario para acabar con la vida del heredero de Gucci. Su padre Rodolfo había fallecido en 1983 y él era su sucesor.

El 27 de marzo de 1995 Maurizio Gucci es asesinado por un sicario contratado por Reggiani a las puertas de su oficina en Milán, pero la implicación de su exmujer no se pudo demostrar hasta que terminaron los dos años de investigaciones. El testimonio de la vidente de Patrizia, Giuseppina, fue determinante para su implicación. Justo antes de su muerte, Gucci había vendido su participación en la empresa a unos inversores extranjeros, así que el móvil económico estuvo sobre la mesa desde un primer momento.

El culebrón acaparó miles de titulares en la prensa italiana, que bautizó a Reggiani como "la viuda negra". Fue condenada a 26 años de cárcel en 1997 pero salió en 2013 por buena conducta, después de haber pasado 16 entre rejas.

Los personajes: ficción vs. vida real

Lady Gaga como Patrizia Reggiani

La cantante se pone en la piel de Patrizia Reggiani, condenada por el encargo del asesinato de su marido. Apodada como "la viuda negra" por los tabloides italianos, mantuvo durante mucho tiempo su inocencia en el caso y a la escritora Sara Gay Forden le confesó que Maurizio era el hombre al que más había querido en su vida. "Maurizio es el hombre al que más he amado, a pesar de todos sus errores".

Adam Driver como Maurizio Gucci

El actor Adam Driver interpreta a Maurizio Gucci, nieto del fundador de Gucci y heredero de la casa de modas. Tuvo dos hijas con Patrizia, Alessandra y Allegra. No se divorciaron hasta 1991 pero su separación se produjo varios años antes, en 1985, cuando Gucci comenzó a salir con Paola Franchi. A Patrizia le dijo que se iba a un viaje de negocios y nunca regresó al hogar familiar.

Camille Cottin como Paola Franchi

Paola Franchi fue la pareja de Maurizio Gucci tras el fracaso de su matrimonio. Convivió con el empresario durante cinco años antes de su muerte y tenían previsto casarse. Durante el juicio, las sospechas recayeron sobre ella. "En realidad, mi esposo anterior, a quien dejé por Maurizio, era aun más rico, así que todo era una tontería", dijo a The Guardian en 2016.

Jeremy Irons como Rodolfo Gucci

Rodolfo Gucci es el menor de los cinco hijos de Guccio Gucci, fundador de la marca de moda. Heredó parte del negocio cuando Guccio murió en 1953.

Los hermanos Gucci son Aldo, Rodolfo, Ugo, Vasco y Grimalda. Todos heredaron patrimonio y acciones en la empresa menos Grimalda, la única mujer, ya que las herederas femeninas no tenían derecho a formar parte de la junta.

Al Pacino como Aldo Gucci

Es uno de los hermanos Gucci, herederos del imperio de su pade. Murió en 1990 a los 84 años.

Jared Leto como Paolo Gucci

Paolo Gucci es uno de los cuatro hijos de Aldo. Tuvo el cargo de diseñador jefe de la firma entre 1960 y 1978 y también fue nombrado vicepresidente de marketing del área estadounidense de la firma.

Salma Hayek como Giuseppina 'Pina' Auriemma

Auriemma era la vidente de confianza de Patrizia Reggiani. En 1994 se mudó a vivir con ella para, supuestamente, ayudarla a escribir un libro sobre su vida con Maurizio y la familia Gucci. Más tarde, la clarividente admitiría a las autoridades que ayudó a Reggiani a contratar un asesino a sueldo para acabar con la vida de su marido. Su testimonio fue determinante para la policía.