Albert Lesan llama a un gimnasio femenino con una voz muy masculina. ¿Cómo reaccionará la recepcionista sabiendo que algunas voces engañan con el género?
Albert llama a una farmacia. Dice que no tiene receta, pero necesita Viagra. ¿La conseguirá utilizando a su chica como reclamo? Lo mejor de todo es que primero llama Lesán ¡y luego lo intenta su mujer!
Lesan llama desde el vagón silencioso de un AVE al servicio de atención al cliente para agradecerles la comodidad de su viaje. ¿Le colgarán porque llama desde un vagón silencioso o le aguantarán la llamada porque les está elogiando?
Albert Lesán vuelve a la carga con su alter ego sin personalidad. Ahora quiere ir de viaje y llama a una agencia para que le aconsejen. Pero no tiene nada claro qué quiere.
Albert Lesan vuelve con sus experimentos lingüísticos. Llama a una floristería de Algeciras y demuestra que, si un piropo suena a piropo la otra persona lo recibe cómo tal, aunque el contenido de lo que dice sea cualquier cosa, menos un piropo.
Lesan llama a un restaurante con un alter ego muy particular: es una persona de opinión muy moldeable, que irá cambiando de parecer según lo que le diga su interlocutora...
Los indecisos son una extraña raza de gente que pueden poner muy nervioso. Albert Lesan llama a un restaurante para hacer una reserva y demuestra tener ciertos problemas para decidirse…
Albert Lesan llama a una tienda de electrónica y pide información de la mejor tele para regalársela, a sí mismo, por su cumpleaños. A media llamada entra su mujer y se pelean por querer comprar una tele tan cara... ¡Albert acusa al dependiente de romper su matrimonio!
El peso debería calcularse en Newtons y no en kilogramos. Así intenta Albert Lesán hacérselo saber a una doctora experta en adelgazamiento. ¿Cómo acabará este experimento?