Ed Sheeran vence al calor para proclamarse el rey de las canciones en su primera noche en Madrid
Ed Sheeran ha aterrizado en Madrid después de seis años de ausencia para dar dos conciertos en el Riyadh Air Metropolitano. En lo que respecta a la primera noche, el británico ha protagonizado un show que ha ido de menos a más, con muchos detalles en contra a los que se ha antepuesto con sus canciones.
Setlist de Ed Sheeran en Madrid: lista de canciones para sus conciertos en el Metropolitano
Myles Smith, telonero de Ed Sheeran en Madrid: "De joven le admiraba y ahora somos amigos"

La gira The Mathematics tour de Ed Sheeran parte de un concepto, a mi parecer, equivocado: los estadios.
Pese a que el artista lo da todo con sus recursos artísticos —unos pedales que graban los sonidos de su voz, los acordes de la guitarra y las teclas del piano— y una actitud impecable, lo cierto es que su tipo de música y su estilo de espectáculo encaja más en arenas, festivales, o sobre todo, en teatros.
Pero es un artista de tal fama mundial que quizá se ha visto empujado inevitablemente por la tendencia de llenar estadios por todo el planeta. Y con esta premisa ha aterrizado en Madrid, donde ha colgado el cartel de sold out en dos Riyadh Air Metropolitano las noches del 30 y 31 de mayo.
Una primera noche in crescendo
El primer concierto de Ed Sheeran en la capital española era una cita musical de lo más ansiada, pues el artista llevaba sin tocar en Madrid desde 2019. Sin embargo, esta emoción y ganas quizás se han venido un poco abajo por los 35 grados de media de temperatura y un comienzo de show a las 21:00h, a plena luz del día. Sin pasar por alto, muy importante, una acústica muy cuestionable en el estadio.
El artista está solo en un escenario muy reducido en mitad del estadio, con visión 360°. A sus laterales varias estructuras se alzan dejando ver en altura unas pantallas en forma de púa que emiten los visuals del concierto y, de vez en cuando, imágenes del cantante con todo tipo de efectos. Un concepto que roza lo hortera, pero que quizás hace que la atención realmente se centre en las canciones.
Porque Ed Sheeran es un artista de canciones, y además de su show y su talento para mezclar bases en directo, el concierto ha seguido un setlist muy bien orquestada. El británico ha comenzado el show con una pequeña caída, a la que ha seguido inmediatamente el arranque con Castle on the hill. Visiblemente afectado por el calor, ha saludado a su público madrileño con humos de colores y fuegos artificiales.
El cantante, empapado en sudor, ha continuado con canciones como Shivers y I'm a mess, seguido de los músicos algo ocultos bajo las pantallas en forma de púas. Cada canción ha seguido una estética, pero todas bajo el marco de los signos matemáticos con los que titula los distintos álbumes que ha ido repasando durante el show.
Una acústica incomprensible en el Metropolitano
El primer momento emotivo ha llegado con The A Time, en la que el calor y las conversaciones entre el público han ocupado un segundo lugar para disfrutar un poco más de lo que estaba ocurriendo en el centro del campo del Atlético de Madrid.
En este punto es necesario recuperar el problema de la acústica del que se habla a menudo en el Metropolitano. ¿Cómo un show protagonizado por un artista y tan solo varios instrumentos, sin mucho adorno sonoro, puede sonar tan mal? Un problema con el que el estadio debería estar lidiando, puesto que se ha vuelto la cuna de los grandes conciertos nacionales e internacionales de nuestro país.
El show ha continuado con canciones como Lego House y Eyes closed, y en todo momento Ed Sheeran ha mostrado una actitud impecable, una energía adaptable a cada tema y una complicidad con el público arrolladora.
El intérprete tiene un target de fans que recorre todas las edades, y esto ha sido palpable a lo largo de la setlist, pues algunas canciones eran cantadas por todos y otras solo por los fans más acérrimos. Da igual que te sepas tres canciones o 27, el artista reclama a las masas.
El británico ha elegido el escenario madrileño para tocar y cantar Shappire, un tema inédito de su próximo disco, Play. Y tras este momento, ha continuado con canciones como Eyes closed y Give me more.
Tory Kelly, invitada de Ed Sheeran
Ed Sheeran ha removido la nostalgia al interpretar un tema que no suele cantar sobre el escenario de 2012, I was made for loving you. Y para hacerlo aún más la ha cantado a dúo, y en acústico, junto a la gran sorpresa de la noche: la artista Tory Kelly.
Es aquí cuando el concierto ha ido mejorando, casi a la par que la oscuridad inundaba la ciudad. Y para que nadie se quedara sin su canción favorita, Es Sheeran ha interpretado un mash up de canciones como 2 steep, I see fire, I don't care y Beautiful people.
Durante todo el concierto, el intérprete se ha movido por todo el pequeño escenario, tanto por la parte giratoria como por el centro, con una plataforma extensible que elevaba al artista en los momentos álgidos.
En Galway Girl el artista ha echado mano de una violinista enérgica que le ha robado todo el show, pero pronto Sheeran ha vuelto a ser el protagonista con la balada Thinking out loud, pero también al interpretar una canción que compuso y se la quedó Justin Bieber: Love yourself.
Los ritmos y las energías han ido cambiando con canciones como Happier, Photograph y Perfect. Está última probablemente la más coreada del concierto.
El rap también ha tenido cabida de la mano de Bloodstream y You Need Me, I Don't Need You. Y por supuesto, en la recta final ha sonado el gran nuevo single de Ed Sheeran: Azizam. Con él, el artista ha protagonizado una peculiar escena al vestir la camiseta de la selección española mientras cantaba en inglés y persa.
Con todo este totum revolutum ha llegado Shape of you, coreada a pleno pulmón por los más de 60.000 espectadores. Y la guinda del pastel la ha puesto el éxito Bah Habbits, una actuación terminada con un gran juego de fuegos artificiales y con una duradera ovación de todo el estadio.
La primera noche de Ed Sheeran en España después de tantos años sin pasar por ahí ha supuesto una mezcla de emociones, muchas de ellas por el contexto ambiental y no por el propio show organizado y defendido por el artista y su equipo. Lo que sí deja claro el británico es que su música es intergeneracional y llega a cualquier rincón del planeta, un poder en manos de muy pocos.