¿Quién es Luisa Mayol? Conoce a la actriz chilena, mujer de Luis Tosar y madre de sus dos hijos

Luisa Mayol es una de las protagonistas de Fatum, la cinta de Juan Galiñanes en la que coincide con su marido, el actor Luis Tosar, con quien inició una relación en 2013 y fue madre por primera vez en 2015.

No es su primera vez juntos ante las cámaras, ya trabajaron en títulos como Quien a hierro mata y Canallas, pero su promoción sí les ha llevado a posar por primera vez juntos en una revista. El pasado marzo protagonizaron un amplio reportaje Harper's Bazaar, donde charlaron de su trabajo y de su relación.

Quién es Luisa Mayol

Luisa Mayol es una actriz chilena de 42 años afincada en España desde 2014. Se instaló en Madrid tras fichar por la serie Gym Tony, su primer trabajo en este país.

Nació en Santiago de Chile pero se crio en Curicó, rodeada de animales y donde se aficionó a los caballos. Se trasladó a Santiago de Chile para estudiar la carrera pero la dejó porque no era feliz. "Tenía pocas amigas, poca gente con la que me interesara conversar, que pudiera sumarle a mi vida", contó en una entrevista.

No dejó la ciudad y se matriculó en la Academia de interpretación de Fernando González, en la que descubrió su verdadera vocación. Supo entonces que lo que le gustaba era comunicar con el cuerpo y llegó a plantearse fichar por el circo. No lo hizo y en 2005 empezó su carrera en televisión en la serie Magi-K.

En 2011 fichó por el programa de televisión Intrusos, al que le debe su apodo Malú, nombre con el que se llamaba la crítica del famoseo que la lanzó a la fama. Cuatro años después se vino a España para unirse a la serie Gym Tony y ya se instaló en el país.

Cómo se conocieron Luis Tosar y Luisa Mayol

Ya en 2015 había empezado su relación con Luis Tosar. La historia de la pareja empezó en una boda de unos amigos, aunque fue un capítulo de poca trascendencia.

"Fue en la boda de unos amigos en común. Ella, muy amiga de la novia, también actriz chilena; él, un productor asturiano muy amigo mío. Pero no volvimos a coincidir hasta muchísimos años después", contó Tosar en la entrevista con Harper's Bazaar.

Luego siguieron viéndose por el trabajo de Tosar. "Él iba bastante a Chile y coincidíamos en eventos y cenas, todos me hablaban de la importancia de Luis, y yo decía:‘¿Pero qué tan importante tiene este hombre?’. Al final coincidimos en la grabación de un videoclip, que fue realmente el primer trabajo que hicimos juntos, pero no nos ‘liamos’, como dicen ustedes acá, hasta un año después...", contó Luisa. “O dos...”, añadió él.

El videoclip que los unió fue el de la canción Hey, hey, hey, de la banda chilena Los Tres. El trabajo está dirigido por Boris Quercia, batería del grupo y expareja de Mayol ya en aquel entonces.

Su boda y sus dos hijos

Tardaron en iniciar su relación, pero pronto la consolidaron dando la bienvenida a su primer hijo.

León nació en diciembre de 2015 y cuatro años después, en julio de 2019, nació Luana formando así la familia de las eles.

"La última sí fue buscada. Ya éramos 'los eles' (Luisa, Luis y León), y dijimos: 'Venga, vamos a buscar la que cierre el círculo y que también lo haga con ele'. Nos costó, eh, nos costó mucho, porque no había ningún nombre con ele que nos acabase de chistar. Y ya finalmente mi mujer, mi esposa, que es maga para los nombres, lo encontró. Es ella la que acierta siempre. Lo mío hubiera sido un fracaso total", contó Tosar en una entrevista en La voz de Galiciaconfirmando que se habían casado, aunque nunca han contado dónde ni cuándo.

Lo que sí han contado es cómo se plantean la educación de sus hijos. "Entienden a la perfección que papá y mamá se dedican a lo mismo, por lo que no es un conflicto que desaparezcamos de vez en cuando por rodajes", explicó Luisa. "Han aprendido a vivir así, pero intentamos estar con ellos lo máximo posible, son nuestra prioridad y seguirán siéndolo".

Luis Tosar quiere que sus hijos crezcan como él: “Lo que hago con ellos es intentar reproducir de alguna manera mi infancia, transmitirles esas aficiones, disfrutar de la naturaleza de la forma más directa. Es precioso ver cómo nuestros hijos adoran bañarse en el mismo río de mi niñez, irnos al sur de Chile y jugar con su bisabuela al ajedrez en una cabañita de madera reciclada en mitad de un alejado camping, desconectados totalmente de la tecnología...”.