Gracias a que en el pasado la señora había practicado la caza, la abuelita de 84 años sabía que no tenía sentido correr y permaneció en el lugar, pero el oso le comenzó a rugir con fuerza. ¿Su reacción? ¡Contestarle con gruñidos más fuertes1
En esos momentos Ivannovna recordó que tenía una caja de cerillas en su bolsillo, así que le prendió fuego a un papel de periódico y empezó a agitarlo frente al animal, hasta que finalmente logró que retrocediera y se marchara. ¡Menuda aventura!
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