Delbert Lathan y su hijo Kaysen, de seis años, estaban en el parque de atracciones de Amarillo (Texas) cuando decidieron volver a subir a la montaña rusa pero en esta ocasión el cinturón del pequeño no funcionó. Por suerte la rápida actuación de su padre sujetándolo durante todo el recorrido impidió que Kaysen cayese de la atracción.