DE LA MÚSICA A LA POLÍTICA

Los coqueteos de Kanye West con el mundo de la política antes de presentarse a presidente de los EE. UU.

El rapero Kanye West ha anunciado que se presenta a presidente de los Estados Unidos, pero este no es el primer contacto del músico con el mundo de la política. De hecho, sus idas y venidas tienen desconcertado a todo el mundo. Repasamos las más importantes.

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Kanye West sufre un trastorno bipolar
Kanye West sufre un trastorno bipolar // Getty

Álex Vilalta

Barcelona 06/07/2020 09:30

Kanye West vuelve a ser el centro de todas las miradas, y no precisamente por su música. Ahora el cantante ha anunciado que se presenta a la carrera para las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Lo cierto es que no se trata de la primera vez que el rapero anuncia su participación directa en la política norteamericana, pero el simple hecho de que pueda ser la definitiva atemoriza a muchos de sus detractores. Y es que el paso de puntillas de Kanye West por la política es, cuanto menos, perturbador.

Y es que el artista nunca ha destacado por su discreción y su capacidad de medir la repercusión de sus palabras. De hecho, él mismo ha destacado en varias ocasiones como virtud su capacidad de expresar sus ideas sin tener en cuenta las consecuencias que puedan generar. Eso le convierte en el anticandidato de manual. Pero también en una especie de clon de Donald Trump, actual presidente de los Estados Unidos, con lo que no parece tan descabellado que el rapero haya decidido intentar ganarle en las urnas.

Pero esta no es, ni de lejos, la primera ocasión en la que Kanye West tontea con el mundo de la política. Poco después de empezar a hacerse famoso en todo el mundo, el artista empezó a posicionarse políticamente en público. Fue tras el desastre provocado por el huracán Katrina, cuando el rapero aseguró que “George Bush no se preocupa por los negros”. Después de que rajar contra el republicano, Obama quiso marcar distancia ante las constantes salidas de tono del rapero, llegando a asegurar que era un burro (y nosotros que nos enteramos por un bendito micro abierto).

En 2015 el cantante fue visto cenando con su mujer, Kim Kardashian, y Hillary Clinton, hecho que disparó las especulaciones sobre el apoyo que el cantante le iba a dar a la representante demócrata, pero en un inesperado giro de guión Kanye West apoyó públicamente la candidatura de Donald Trump. Entre otras perlas, el rapero aseguró que “al vivir rodeado de mujeres, el hecho de llevar la gorra de la campaña de Trump (Make America Great Again) le transmitía la masculinidad que desprende el presidente”. Ambos llegaron a reunirse en el despacho oval de la Casa Blanca para discutir banalmente sobre temas en los que ninguno de los dos son expertos, como la inmigración o la situación de la prisiones norteamericanas. Pero pocos días después llegó el plot twist: Kanye West se alejaba de la política y aseguraba haberse sentido utilizado por Donald Trump. Pese a pensar igual que él y haber asegurado que “amaba” a ese hombre.

En 2020 llegó la revolución de Black Lives Matter y parece que el rapero, en un nuevo giro ideológico, quiso distanciarse aun más de Donald Trump. Kanye West se presentó por sorpresa en algunas de las movilizaciones convocadas en Los Ángeles y dio dinero a organizaciones que ayudan a luchar contra el racismo endémico que existe en la sociedad norteamericana. Y probablemente eso fue lo que le animó a presentarse a las elecciones presidenciales de 2020, cuatro años antes de lo que hace un par de años anunció por sorpresa.

Lo que no tenemos nada claro es si Kanye West va a saber perder con deportividad, y es que son varias las rabietas públicas que ha tenido cuando las cosas no han salido como él se esperaba. En 2004, tras no llevarse el premio al Mejor Nuevo Artista en los American Music Awards, el artista abandonó la gala y declaró ante la prensa que los premios habían sido un tongo. O quién no recuerda el incidente con Taylor Swift en 2009, cuando la cantante de country le arrebató al galardón a mejor vídeo a Beyoncé y el el rapero decidió subirse al escenario, quitarle el micrófono a Swift y declarar ante todo el mundo que el premio no era ni justo ni merecido.

De momento no sabemos si Kanye finalmente se presentará o se trata de una enorme campaña de marketing. Y si lo hace, tampoco estamos muy seguros de poder ver a Kim Kardashian como primera dama (cosa que nos apasionaría). Lo que sí que sabemos es que el artista debería cambiar mucho para no llegar a ser un presidente manipulador, paranoico, populista, egocéntrico y descentrado. Oooops, ¿de qué me suena?