EN HOLANDA

Una familia pasa nueve años en el sótano de su casa esperando "el fin del mundo"

Los hijos, mayores de 16 años, no sabían que había más personas viviendo en este planeta. Llevaban nueve años encerrados en el sótano de la granja familiar.

La granja en la que la familia vivió nueve años encerrada en Holanda
La granja en la que la familia vivió nueve años encerrada en Holanda // Reuters

Europa FM

Madrid 16/10/2019 17:15

Un hombre de 58 años y sus seis hijos han vivido en el sótano de una granja de un pueblo del norte de Holanda durante nueve años "esperando el fin del mundo", según confirmó a Efe este martes la Policía holandesa.

A través de Twitter, la Policía de la provincia de Drenthe explicó que el hijo mayor de la familia, de unos 25 años "denunció ayer que estaba preocupado por las condiciones en las que vivía una familia en una casa" de la aldea de Ruinerwold porque "estarían ocultos en un espacio cerrado".

El hijo mayor escapó de la granja y se acercó a una cafetería a varios kilómetros de la casa y pidió ayuda al propietario. "Tenía el pelo muy largo, la barba sucia, la ropa muy vieja. Estaba muy confundido. Así que decidí llamar a la Policía", explica el dueño de la cafetería a RTV Drenthe.

Cuando los agentes llegaron a la vivienda y la registraron, dieron con una escalera oculta que conectaba el salón con un sótano bajo la casa, donde se encontraban cinco adolescentes y el padre, que había sufrido un infarto cerebral y estaba postrado en la cama.

"Nos encontramos con seis adultos, les estamos dando apoyo y atención. El propietario del edificio no quiso cooperar con nuestra investigación, por lo que fue arrestado. Se trata de un hombre de 58 años. Todos los escenarios siguen abiertos y no podemos dar más información", añadió la Policía.

Los hijos, todos mayores de 16 años, no sabían que existían más personas viviendo en este planeta, según RTV, que asegura que se han mantenido con vida gracias al huerto del jardín.

La madre está en paradero desconocido. Los vecinos aseguran que fue hace nueve años cuando el padre y su mujer alquilaron la granja y, al poco de llegar, taparon todas las ventanas.