CRÓNICA | SÁBADO 30 | 16.00 H | CIRCO PRICE

Madrid se rinde ante el impecable directo de Love of Lesbian en su 20 aniversario

Love of Lesbian abraza a su público en un fin de semana de afecto y celebración. La banda repasa sus 20 años sobre el escenario con tres conciertos redondos e invitados de lujo.

Love Of Lesbian durante su concierto en Festival Cruïlla 2019
Love Of Lesbian durante su concierto en Festival Cruïlla 2019 // Festival Cruïlla

Europa FM

Madrid 02/07/2018 17:54

Tres pases en el Circo Price han tenido que hacer Santi Balmes y los suyos para celebrar con su público madrileño sus 20 años sobre el escenario. Triple hazaña para unos músicos que tocan con la misma energía que cuando empezaron y que son capaces de congregar a sus fans a las 4 de la tarde de un sábado. Una hora tan de siesta como peculiar, perfecta para las familias. Aun así, allí estaban, con ganas de brindar por otros 20 años juntos.

Con un foco iluminándolos y abriéndose paso entre su público. Así se subieron al escenario Julián Saldarriaga, Jordi Roig, Ricky Falkner, Uri Bonet y Dani Ferrer. Santi Balmes hizo su aparición segundos después para comenzar lo que sería un recital tan jugoso que, a toro pasado, dan ganas de saborear a veces a bocados y a veces a mordisquitos.

El juego comenzó enviando una Carta a Todas tus Catástrofes para luego dejar paso a unas Maniobras de Escapismo que, por mucho que te resistieras, atrapaban. Luego sonó Noches Reversibles y acto seguido la deliciosa Domingo Astromántico, que envolvió la sala en una atmósfera tan íntima capaz de transportar a cada uno a su propio rincón, al lugar donde tantas veces se ha gritado en silencio: "si me sueltas entre tanto viento, cómo voy a continuar".

"Esperamos haber acertado con el repertotio. Teníamos que pasar por todos los discos. No ha sido fácil", explicaba Balmes. Tantos años sobre el escenario son los culpables de que sus canciones se hayan convertido casi en himnos y que cada uno tenga su favorita, su niña mimada (o imantada).

Tras Música de Acensores llegó el primer invitado, Arkano, que rapeó sus versos entre los Universos Infinitos como nadie lo había hecho antes. "Los jóvenes llegan fuerte y hay que dejarles paso", contaba Balmes. Luego llegaron cinco minutos de Contraespionaje y La Noche eterna se cernió sobre la sala. Tan obnubilado estaba el público que los escasos dos minutos de Mi Primera Combustión incendiaron los recuerdos del desamor.

"Creo que no voy a decir nada, simplemente va a salir al escenario y se va a liar". Amaia (OT) despertó aplausos, vítores y alguna que otra lágrima de emoción. Se sentó al piano e interpretó la sublime Allí dónde solíamos gritar, una versión única que quedará tatuada en la memoria de todos los que estaban allí. Tenía focos, la iluminaban, pero no le hacían falta. Esa chica brilla con luz propia.

Luego llegaron la incombustibles 1999 y Belice, que fue la antesala de un tercer invitado que no estaba convocado ese día. "Nos dijo a las tres de la madrugada: oye, que no tengo nada mejor que hacer mañana por la tarde", expliaba Balmes. Y apareció Leiva, con su figura delgada y sus aires de rockero indestructible. Juntos interpretaron su Manifiesto Delirista y la sala se convirtió en una fiesta.

Se acercaba el final y la banda resucitó a John Boy. Fue Fantástico verlo renacer y todos lo celebrarlo al ritmo de Los toros en la Wii.

La catarsis culminó con los Incendios de Nieve y el calor que hacía en la sala. Parecía que el concierto se hubiera hecho Bajo el Volcán, penúltima canción del repertorio. "Terminamos con una canción muy especial. Esperamos que consiga tocaros el corazón", se despedía el vocalista. Descendió el Planeador y el público homenajeó a la banda como se merece, con una profunda ovación que agradecía ese directo tan impecable y emocionante. Los sentimientos quedaron a flor de piel.