TRAS SER INFIEL

Will Smith revela que empezó a somatizar sus "relaciones sexuales desenfrenadas": "Tenía arcadas y vomitaba"

El actor ha revelado en una entrevista que adoptó hábitos sexuales poco recomendables después de serle infiel a su primera novia, algo que tuvo consecuencias sobre él no solo psicológicas, también físicas. "Desarrollé una reacción psicosomática al tener un orgasmo", relata.

Will Smith
Will Smith | GTRES

Europa FM

Madrid22/11/2021 15:28

En su libro de memorias relata algunos de los episodios más complicados de su vida. Will Smith no tiene miedo a exponerse y espera que sus malas experiencias sirvan de ejemplo para otros que sufran o hayan sufrido situaciones similares. En las páginas de 'Will', el actor revela, entre otras cosas, qué se le pasó por la cabeza cuando pensó en matar a su padre para vengar a su madre.

No es la primera vez que el inolvidable actor de El Príncipe de Bel-Air habla de momentos familiares complicados. La deslealtad pública de Jada Pinkett ha sido tema de debate en el programa que presenta su mujer en Facebook, Red Table Talk, y esta exhibición de su vida íntima parece no afectarles.

Así, en su última charla con The Sun, Smith se ha sincerado sobre otra de las épocas más difíciles de su vida. Todavía era un adolescente cuando le fue infiel a su primera novia, una joven llamada Melanie. Esta deslealtad provocó un sentimiento de malestar y culpa que intentó aliviar entrando en una espiral autodestructiva de sexo en exceso. "Necesitaba desesperadamente alivio", explica al periódico.

Compras compulsivas y sexo desenfrenado

La traición a su primera novia, Melanie, había hecho mella en su autoestima. Se despreciaba e intentaba aliviarse con compras compulsivas y relaciones sexuales, hábitos que terminaron mutando en nocivos.

"Como no hay una pastilla para la angustia, recurrí a los remedios homeopáticos de las compras y las relaciones sexuales desenfrenadas. Hasta este momento de mi vida, solo había tenido relaciones sexuales con una mujer además de Melanie. Pero durante los meses siguientes, me convertí en una hiena del gueto".

"Tuve relaciones sexuales con tantas mujeres, y fue tan constitucionalmente desagradable hasta el fondo de mi ser, que desarrollé una reacción psicosomática al tener un orgasmo", dijo antes de añadir que "literalmente tenía arcadas y, a veces, incluso vomitaba. En todos los casos, sin embargo, le pedía a Dios que esta hermosa desconocida fuera 'la única' que me amaría, que haría desaparecer este dolor. Pero, invariablemente, ahí estaba yo, con arcadas y miserable. Y la mirada en los ojos de la mujer profundizó aún más mi agonía", explicó.

El tiempo, la terapia y el valor en uno mismo terminaron por disminuir este sentimiento de culpa y, en consecuencia, desaparecieron las somatización.