Aitana muestra su alma en 'Cuarto azul', un álbum que viaja de la oscuridad a la luz
A través de 19 canciones, Aitana plasma el complicado proceso que vive desde la depresión en Cuarto azul, un disco en el que, además de los temas a los que nos tiene acostumbrada la artista (el desamor, la seducción...), nos abre la puerta a otras historias propias que llegan directas de sus entrañas. Y todo ello sin explorar en exceso en la sonoridad, pero sí asentando más que nunca su identidad como artista.

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Aitana lleva siete años siendo una estrella, y por primera vez y tras tres álbumes centrándose en distintos estilos musicales, la artista muestra su alma en la música a través de Cuarto azul, su cuarto disco.
No sería justo decir que la cantante de Viladecans nunca ha mostrado su lado más vulnerable: prueba de ello son baladas como Vas a quedarte o Con la miel en los labios, pero es en este nuevo álbum donde deja a un lado todo el concepto sonoro para centrarse en las historias.
Así lo explicó ella misma en la gran Listening Party que celebró en el movistar Arena de Madrid para presentar su nuevo álbum: "Cuarto azul no es un disco conceptual en cuanto al género como lo fue Alpha o 11 razones, sino que es de contar sus historias. A veces soy dramática y me las invento, pero esta vez todas las historias que cuento las he vivido".
Podría decirse que el documental Metamorfosis sirvió como adelanto de lo que iba a llegar con este nuevo disco: un viaje desde la oscuridad a la luz basado al 100% en su propia experiencia.
El camino más oscuro, centrado en el desamor, la tristeza y la otra cara de la fama a ritmo de pop
A través de 19 canciones, Aitana narra sus pensamientos más tristes y su recuperación tras salir de la oscuridad. Y, en la mayoría de casos con el amor como inspiración. Ejemplos perfectos de ello son la ya conocidísima 6 de febrero, que a ritmo de pop la artista le canta al despecho, pero también en Duele un montón despedirme de ti, su colaboración con Jay wheeler donde la artista continúa ese viaje con toques de pop de los 90 para decirle adiós a esa persona.
Ese "enfado" que Aitana promete que ya se le ha pasado vuelve a estar presente en Segundo intento, el primer single de Cuarto azul con un sonido más influido del pop británico. Y siguiendo la narrativa de su última relación desde un punto de vista pesimista llega ¿Para qué volver?, su colaboración con la artista colombiana Ela Tambert, quien consiguió entender a la perfección lo que sentía Aitana y plasmarlo así en a letra de la canción con forma de balada.
Con esta mezcla de rabia, tristeza y nostalgia llegamos a Cuarto azul, el tema que pone nombre al disco. Tal y como confesó Aitana, creó esta canción en tan solo 10 minutos en una noche de insomnio, en pleno proceso de ser diagnosticada con depresión. Y justo esa desesperación por no encontrarse en la vida que ha ido creando para ella misma es lo que eriza la piel y humedece los ojos. Me atrevería a decir que es la balada más desgarradora de la discografía de la artista.
La tristeza continúa en esta primera parte del proceso que vivió la catalana a lo largo de 2024 con Desde que ya no hablamos, pero la artista vuelve a poner el foco al amor romántico con un bit de pop electrónico y un estribillo algo repetitivo, volviendo a su esencia como letrista.
El primer guiño a Alpha, en propias palabras de Aitana, llega de la mano de De 1 beso a 2 besos, tema que a ritmo de pop electrónico (rozando una base de intenso techno) le canta a dejar de serlo todo para alguien a saludarlo como a cualquier otra persona. Y todo ello con el efecto de "llorar en la discoteca", al que muchos artistas le cantan actualmente.
La llorera continúa, aunque de forma más calmada precisamente con Trankis, una canción con clara influencia de pop alternativo directo de la música de su coautor y coprotagonista, Barry B.
Inmersa en la tristeza, Aitana quiso hacerle hueco a sus emociones más puras a su abuelo paterno, al que nunca conoció pero en el que piensa recurrentemente por lo que los une: la música. Así, en Música en el cielo la artista vuelve a emocionar mostrando una especie de fe sobre alguien que siente que la protege.
Y llega Cuando hables con él, la focus track que tan bien ha ocultado la cantante hasta la presentación de Cuarto azul. Por primera vez, Aitana canta desde la autocrítica y refleja las dudas de haber decidido terminar su relación con la persona con la que vivió sus "mejores años". Una potente balada con nombres y apellidos de la que la artista evitó dar detalles en la Listening Party, reservándola para el final.
El camino hacia la luz, lleno de pop electrónico y flirtreo
Llega el interlude, Luz de la mañana, un canción en forma de nota de voz que la protagonista le envió a sus amigas para contarles que estaba saliendo del foso, y tras esta 11ª pista la alegría va abriéndose camino tanto en la letra de las canciones como en la sonoridad.
Así, En el centro de la cama se abre paso como canción que funciona como el primer signo de coger al toro por los cuernos en el difícil camino de la depresión, a ritmo de balada in crecendo que termina con un pop electrónico del que Aitana está haciendo su sello personal.
Sentimiento natural se cuela para que la Aitana más seductora vuelva a asomar la cabecita junto a Myke Towers y esta pegadiza canción. Y abierta la veda, llega Conexión Psíquica, donde la artista vuelve a jugar con el flirteo al puro estilo de Las Babys y junto a sus amigas.
Y para hacer alarde desde la ironía de su actual posición en la música, la cantante se dedica Superestrella, una divertida canción de pop clásico en la que narra cómo vive ella un lío de una noche, del que probablemente todos van a hablar.
Llega el momento de recordar sin pena en Ex ex ex, la colaboración de Aitana con Kenia Os que podría formar parte perfectamente parte de Alpha (y casualmente, con la frase que tan popular ha hecho a Bad Bunny: '¿Qué estará haciendo mi ex?').
En toda recuperación hay recaídas, y la artista ha querido darles visibilidad con Hoy es tu cumpleaños, su colaboración con Danny Ocean en la que vuelve a abrazar la tristeza por unos minutos. Y del mal propio al mal ajeno: en Lía, la artista le canta con mucha chulería y un ritmo pop muy pegadizo a todas aquellas mujeres a las que hacen daño en el amor.
La canción más arriesgada de Cuarto azul es la número 19, y no es otra que La chica perfecta, la colaboración de Aitana con Alaska. En este tema es donde más difuso está el estilo de la catalana, pero con razón, pues ha tenido que encontrar un punto intermedio con el de la intérprete de Dramas y comedias. Y a dos voces, con distinta tonalidad pero mucho ritmo, las artistas le cantan a hacer lo que te da la gana y no encajar con ese modelo planteado para ti.
En Cuarto azul, Aitana antepone los mensajes a la musicalidad, pero consiguiendo no descuidar ningún detalle. En este nuevo álbum continúan las letras y rimas algo sencillas que invaden la discografía de la artista. También prevalece hablar del amor, pero eleva su narrativa a un nivel y unos temas hasta ahora no explorados.
Un disco como resultado de reconectar con sus emociones
Cuarto azul no arriesga respecto a los sonidos, pero sí en la identidad de Aitana como artista, lo que es más que suficiente.
Sería arriesgado decir que Aitana no vive muchas cosas continuamente que la inspiran para crear música, pero lo cierto es que al conseguir esa fama desmedida con tan solo 18 años su mundo interior está plagado de recuerdos de aquellas épocas pasadas donde era una persona anónima. Porque su zona de confort sigue estando fuera de la fama, y lo que ha construido a nivel personal estos años de carrera se centra más en el amor romántico y en lo que vive estando en el ojo del huracán. Lejos quedaron los problemas o preocupaciones que probablemente habría tenido de no dedicarse a la música desde tan joven (y que probablemente a día de hoy la nutrirían artísticamente).
Pero en el caso de Cuarto azul se vive una nueva realidad a la que la joven artista nos deja entrar, con historias más mundanas de las que acostumbramos a escuchar, claramente a consecuencia del dolor y la tristeza que ha ido arrastrando por la depresión. Sigue habiendo hueco para sus vivencias como estrella del pop desde que es adulta, con los toques de seducción y las relaciones que la marcan de una manera tan peculiar. Y quizás haber tocado fondo le ha facilitado conectar musicalmente con sus emociones, volcándolas sin censura en su nuevo disco.