EXPERIMENTO

Love of Lesbian devuelve la normalidad a 5.000 personas en un concierto único

En el Palau Sant Jordi, Love of Lesbian ha reunido a 5.000 personas sin distancia de seguridad en un concierto que da esperanza a la música en vivo.

Love of Lesbian devuelve a la normalidad a 5.000 personas en un concierto único
Love of Lesbian devuelve a la normalidad a 5.000 personas en un concierto único | Agencia EFE

EFE

Madrid28/03/2021 10:50

Love of Lesbian ha realizado un concierto en el Palau Sant Jordi para 5.000 seguidores que han vuelto a bailar y corear sus temas tras la mascarilla. El evento ha devuelto la 'vieja normalidad' a los asistentes y ha dado esperanza al público en general para que los eventos se puedan volver a realizar este verano.

El primer concierto masivo de la pandemia, con la luz verde del PROCICAT y un equipo médico supervisando el operativo, se ha podido celebrar sin incidencias significativas y después de someter a todos los asistentes a un test de antígenos. La mayoría de los 5.000 asistentes se han realizado la prueba entre las 8 y las 16 horas del mismo día del concierto en las tres salas dispuestas para ello (Luz de Gas, Razzmatazz y la Sala Apolo), mientras que los más rezagados han podido hacerlo en el propio Sant Jordi hasta minutos antes de empezar.

Todo el control de entrada y de pruebas negativas se ha canalizado a través de una aplicación móvil, casi más importante esta vez que la propia entrada del concierto. Todo ello ha repercutido en que el concierto empezara treinta minutos tarde, un margen aceptable, según la organización.

De todas las pruebas realizadas, seis han resultado positivas por coronavirus, según la organización.

Así, los músicos, la organización, el público y demás personal han convertido el Sant Jordi en una súper burbuja de 5.000 personas, que han podido cantar y bailar sin distancia de seguridad.

Love of Lesbian devuelve a la normalidad a 5.000 personas en un concierto único
Love of Lesbian devuelve a la normalidad a 5.000 personas en un concierto único | Agencia EFE

Acceso gradual

Sobre las 17:15 horas han podido entrar los primeros asistentes, que no han podido ni si quiera esperar a que saliera el grupo para bailar con la música de espera, pues esta noche los protagonistas no eran tanto los artistas sino la posibilidad misma de poder volver a bailar, cantar, abrazarse e incluso rozarse accidentalmente con el resto de la gente como pasaba en la vieja normalidad.

En la entrada, que se ha realizado de manera gradual y a través de cuatro puntos de acceso, se ha entregado al público una mascarilla FPP2 de la organización, que debía sustituir la traída de la calle, y también se ha hecho pasar a los asistentes por un punto de gel hidroalcóholico.

"Bienvenidos al que es uno de los conciertos más emocionantes de nuestra vida. Hacía un año y medio que no pisábamos un escenario", ha arrancado el solista Santi Balmes, quien ha rogado responsabilidad al público para que no se quitase la mascarilla: "El mundo nos mira" y "este concierto es una pequeña batalla dentro de la guerra".

"Quiero dedicar este concierto, aunque parezca un tópico, a los sanitarios y al resto del personal esencial. Y que nunca más se nos ocurra hacer más recortes en salud, por favor", ha añadido reivindicativo.

Un repertorio cargado de éxitos

La veterana banda barcelonesa ha arrancado la velada con un tema clásico de su repertorio: Nadie por las calles, canción que como Si salimos de ésta, Los males pasajeros o Allí donde solíamos gritar fueron escritas antes del COVID, pero cuyas letras ahora parecen tener aún más significado para los fans.

Expertos del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona han tutelado todas las medidas sanitarias para la seguridad del evento, tal y como ocurrió en diciembre con otro concierto piloto de pequeño formato, 500 personas, en la sala Apolo.

En la iniciativa de "Festivales para la Cultura Segura", de la que el concierto de este sábado es la prueba de fuego, han participado todos los directores del Primavera Sound, Sonar, Cruïlla, Canet Rock, Vida o de la promotora The Project, y han contado con el acompañamiento de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona.

Dos de los organizadores, Jordi Herreruela y Ventura Barba, han explicado a Efe que para el público del Sant Jordi era "más seguro estar dentro que fuera paseando por la calle o en una terraza".