Katy Perry se da un gran baño de masas desde las alturas en su concierto en Madrid
Katy Perry se despide de Europa con un concierto especial en el Movistar Arena, en el que la artista ha interactuado a lo grande con su público, ha dado volteretas en estructuras y por el aire y se ha subido por última vez en el dragón de su trabajada puesta en escena. Y todo ello con hits y mucha comedia.
Katy Perry monta una gincana pop futurista en el Palau Sant Jordi de Barcelona

Katy Perry es diversión pura en directo, y así lo ha mostrado a lo grande en su concierto en el Movistar Arena de Madrid. Sus katycats más acérrimos no querían perderse esta segunda cita de la artista en España y este 11 de noviembre han llenado el gran pabellón de la capital.
Y la artista hace pleno: colgando el cartel de sold out en ambos shows, —con Europa FM como radio oficial— como emisora oficial- la diva del pop cierra su etapa europea del tour, con tatuaje incluido 'made in Spain'.
Todo ello se ha reflejo en un concierto en Madrid lleno de sorpresas, entusiasmo, grandes hits y mucho, mucho show de altura, y nunca mejor dicho.
Un concepto futurista de lo más performático
El concierto se engloba bajo la gira del último álbum de Katy Perry, 143, en el que la artista lleva al extremo el concepto futurista a ritmo de temas de pop electrónico.
Y este contexto lo traslada al escenario, en forma de infinito gigante. Tras una intro proyectada en decenas de pantallas encabezando el escenario, una plataforma en forma de jaula se ha elevado desde el centro, y dentro de ella ha aparecido la artista 'volando' e interpretando ARTIFICIAL, el tema que da inicio al primer acto.
Un público entregado ha mostrado su entusiasmo con el show desde el comienzo, que ha pasado al otro lado del escenario, donde una banda ha irrumpido para quedarse la mayor parte del concierto, a la vez que un equipo de bailarines apoyando a lo grandce a una Katy Perry con un mono galáctico. De esta forma, la protagonista ha interpretado Chained to the Rhythm y Teary Eyes, con mucho baile, salto y energía.
Con el público enloquecido, la diva ha presentado su primera pincelada de nostalgia a ritmo de Dark Horse, que el público ha cantado desde el principio hasta el final. "Os acordáis", ha confirmado la cantante.
Tras esta interpretación la artista ha desaparecido saltando a una trampilla, para dar paso al segundo acto del show.
Pura nostalgia de 2010
En el segundo bloque, Katy Perry ha comenzado reivindicando a lo grande el papel de la mujer con su primer single del último proyecto, Woman's World, pero pronto ha dado un giro con fragmentos de canciones que todo el mundo quería escuchar: California Gurls, Teenage Dream, Hot n' Cold y Last Friday Night. Y todo ello mientras se zarandeaba entre estructuras de metal en medio del infinito, presidido por una gran estatua femenina que decoraba aún más el set.
La diversión ha llegado a su punto más alto con Peackock, cantada a dúo con un bailarín. Y, por supuesto, la artista ha tenido tiempo de interactuar con su publico y firmar algún que otro disco entre actuaciones.
El ambiente se ha caldeado de verdad con las primeras notas de I Kissed a Girl, canción en la que Katy Perry ha lucido una bandera del orgullo LGTBIQ+ mientras hacía piruetas en una jaula redonda.
Demostrando que volar por los aires es su actividad favorita, la artista ha irrumpido en el tercer acto al son de Nirvana. Con un arnés se ha recorrido todo el Movistar Arena a modo de tirolina, con grandes piruetas, saltos y volteretas.
Ya en tierra, Katy Perry ha seguido el show con todo su público boquiabierto con canciones como Crush y I'm His, He's Mine. Y la energía se ha vuelto a poner al máximo con Wide Awake.
Todo un coloquio con sus fans
Ha llegado el momento más esperado por los katycats: el acto cuatro, 'Elige tu propia aventura'. Tras un fallo con el internet del recinto, Katy Perry ha usado el aplausómetro para elegir las dos canciones sorpresa del show.
Así, ha interpretado By the Grace of God en acústico, creando un ambiente más íntimo. Pero todo ha vuelto a revolucionarse con la subida de varios fans al escenario, y tras varias interacciones de lo más divertidas con ellos han tocado y cantado todos juntos The one that got away.
Lo emocional ha continuado con la actuación de All the love, canción dedicada a su hija, y con ella se ha despedido de este acto tan especial. Y pronto ha irrumpido la parte más siniestra del show al son de canciones como E.T. y Part of Me, en las que Katy Perry se ha enfrentado como una guerrera galáctica a sus bailarines mientras se encontraba a sí misma.
Porque sí, el concierto ha sido una mezcla de todas estas cosas, con cambios de look inmediatos, efectos visuales espaciales y mucho movimiento (con carrera por el infinito incluida).
Cantándole a los haters y a su éxito pese al odio la artista ha alzado su poder desde mitad del escenario al son de Rise, actuación estelar de la artista con pirotecnia incluida.
Con esa potencia ha dado paso a su nueva canción, Bandaids, un single que ha interpretado totalmente sencilla vestida y que recrea su ruptura con Orlando Bloom.
La mariposa de Roar por última vez
Como ha desvelado en su concierto en Madrid, Katy Perry se ha subido a la mariposa que vuele por todo el recinto por última vez. Y desde las alturas ha interpetado Roar, con todos los espectadores mirando hacia la estrella por encima de sus cabezas.
La última parte del show la ha inundado de música temas como Daisies y Lifetimes. "Recordadme, esto es real", ha gritado antes de empezar Firework, tema con el que ha puesto fin al concierto y su etapa en Europa.
Katy Perry demuestra con empeño, carisma y una trayectoria cargada de éxitos inolvidables que es una fiera escénica, y que nada ni nadie la pueden parar. Y, por si lo intentaran, tiene un gran ejército de katycats totalmente introducidos en su gran universo que la apoyan.