CRÓNICA

Guitarricadelafuente, sensual y fiel a su nombre en el Movistar Arena de Madrid

Guitarricadelafuente celebra su primer concierto en el Movistar Arena de Madrid con todo vendido y con una propuesta artística entre la sensualidad y la intimidad de la guitarra acústica. Este 17 de octubre, el joven de 28 años cierra una etapa de su gira Spanish Leather Tour antes de cruzar la frontera.

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Siete años lleva Álvaro Lafuente cantándole al mundo con una voz casi siempre arropada por la guitarra, el instrumento que aparece en su propio nombre artístico: Guitarricadelafuente. Spanish Leather (2025) es su último álbum, donde expande su perfil como cantautor apostando por la sensualidad y la fusión del folclore español con los sonidos modernos.

Bajo esta dualidad, el artista celebra su primer concierto en el Movistar Arena de Madrid con 28 años y con todas las entradas vendidas. Ante un público variopinto —con estrellas como Rosalía, Miguel Bernardeau o Los Javis—, Guitarricadelafuente consigue que los asistentes fluyan a través de sus pasiones. "Hoy me dejo llevar / Me someto a la música", canta en la última canción del repertorio.

Esta noche del viernes 17 de octubre supone su última cita en España antas de actuar en Estados Unidos, Francia, Inglaterra y varios países de Latinoamérica. "Para mí, de alguna forma es el fin de un viaje de esta gira por España, pero siento que es el comienzo de otra cosa. Que estéis todos vosotros para celebrarlo conmigo es algo que me emociona y que me va a hacer llorar toda la noche", comenta en el primer discurso de un espectáculo conciso de apenas una hora y media que deja fuera uno de sus temas más conocidos: nana triste, su colaboración con Natalia Lacunza.

Tras 20 minutos de retraso, comienza el show con las imágenes de un potro de gimnasia y el título de su disco, Spanish Leather —que significa "cuero español" y que hace referencia a la canción Boots of Spanish Leather (1964) de Bob Dylan—. El caballo, como símbolo de lo salvaje y lo libre, está muy presente en el concierto y en las letras: "Puede que parezca un loco / Esta vida sabe a poco / Hoy me escapo como un potro / Buscando la flor de loto", dice en Mataleón.

Lo sensual no quita lo íntimo

Guitarricadelafuente quiere devorar la vida, y así lo hace desde el escenario del Movistar Arena cubierto por arena negra. Sobre él, aparece su banda de música y el artista con su primer vestuario: una chaqueta de cuero, un pantalón negro y sin camiseta debajo. Con esta estética, se suceden los mayores éxitos de su nuevo disco: Full Time Papi y su erotismo, un BABIECA! enérgico y Futuros amantes con guitarra eléctrica y el rostro lleno de sudor.

"Molaría que cogiese la guitarrica en algún momento", dice una mujer entre el público. Pues dicho y hecho. El cantante hace justicia a su nombre artístico e interpreta El Conticinio con la guitarra acústica y una gran emoción entre el público. Porque Álvaro Lafuente puede sucumbir al frenesí del deseo contemporáneo —y así lo hace en el siguiente tema, Poses, donde se envuelve en el barro con el torso al descubierto—, pero también sigue aferrado a su instrumento fetiche y a la tradición musical.

Caballito empieza a sonar tras un cambio de look hacia lo cowboy, con una camisa blanca, un pantalón corto y unas botas altas. Con Pipe Dream, Guitarricadelafuente juega con el pie de micro poniéndoselo en el hombro y dando vueltas con él.

"Hace dos años, empecé a escribir las primeras canciones que me llevaron a este disco", dice. "Empecé a escribir canciones en homenaje a mi pueblo —Las Cuevas de Cañart, en Aragón— donde había aprendido la música. Sentía el deseo de contar la historia de un chaval que dejaba su pueblo para adentrarse en nuevos caminos y descubrir quién es él, y adentrarse en nuevas sensaciones. Esa canción se llama Puerta del Sol", añade antes de una actuación donde dos hombres se pelean en el barro; donde Guitarricadelafuente toca el piano y la guitarra para representar la dualidad entre el pueblo y la ciudad.

La guitarra acústica le acompaña en Matelón y ABC antes de la aparición sorpresa de Penélope Cruz en las pantallas del recinto, que trae un mensaje para su compañero de reparto en la nueva película de Los Javis. "¿Tú has visto a la gente que has metido en ese sitio? Todos presentes, todos deseando venir", dice la actriz para dar paso a Port Pelegrí, donde Álvaro Lafuente baja a cantar con el público.

Tras quitarle el plástico que cubría el potro de gimnasia situado en el escenario, el cantante despliega su lado más erótico con In My Room, su colaboración con el sudafrico-australiano Troye Sivan. "Está el ambiente caliente", se escucha entre el público. Pero la temperatura va descendiendo con dos canciones más a la guitarra acústica: Mil y una noches, donde el público hace de coro, y Agua y mezcal, para la que se sienta en una silla con el respaldo torcido.

Tras el energético ritmo de Quien encendió la luz, suena Quién teme a la máquina? con guitarra eléctrica. "Esto está llegando a su fin", anuncia. "Siento que esta canción que voy a cantar ahora... sin ella no estaría aquí. Fue de las primeras que escribí en mi vida". Se refiere a Guantanamera, donde vuelve a cantar sobre el abandono del pueblo para "vivir nuevas sensaciones" en la ciudad. "Se la dedico a la gente de mi pueblo que ha venido aquí", dice antes de regalarle al público el momento más emotivo de la noche con linternas y abrazos entre el público.

Y, efectivamente, el concierto llega a su fin con Tramuntana, el tema más sentimental de Spanish Leather para el que se viste con un traje gris, una pajarita blanca y un vaquero ancho. Con el escenario lleno de niebla, Guitarricadelafuente cierra el concierto con un mantra, pronunciado en voz hablada: "Convéncete / No le pongas barreras, Madrid / Sucumbe al amor / Y a las corrientes".