ENTREVISTA EN 'CUERPOS ESPECIALES'

Pepe Viyuela explica el origen del sketch de la silla y la guitarra: "Así nació el personaje que me ha dado todo"

Pepe Viyuela estrena El hotel de los líos, una comedia llena de humor físico. El actor reconoce que disfruta haciendo este tipo de sketches, al fin y al cabo así empezó su carrera, con el famoso número de la silla y la guitarra. Su historia se la ha contado a Eva Sorianoe Iggy Rubínen su visita a Cuerpos especiales.

Pepe Viyuela con Eva Soriano e Iggy Rubín en 'Cuerpos especiales' | Europa FM

Europa FM

Madrid23/03/2023 11:43

Una guitarra y una silla marcaron el inicio de la carrera de Pepe Viyuela. El actor, poeta, novelista y payaso encontró su hueco en la interpretación gracias a un sketch que ideó poco después de terminar sus estudios en la Escuela de Arte Dramático (RESAD) y que ha repetido a la saciedad.

El cómico, que este viernes 24 de marzo llega a los cines con El hotel de los líos, reconoce que el humor físico es el que más le gusta y lo demuestra en esta película, según ha contado a Eva Soriano e Iggy Rubínen su visita a Cuerpos especiales.

"En esta incursión en la pareja de García y García [El hotel de los líos es la segunda parte] nos han dado una especie de reparto de roles para que cada uno hiciese lo que más le gusta y en lo que más cómodo se siente. Yo estoy en lo que tiene más que ver con la comedia física, con el humor visible", ha contado el actor, que vuelve a compartir pantalla con José Mota.

"Le escribo bastantes veces por WhatsApp cuando veo un programa que me gusta para decírselo", ha contado el actor, que solo hace críticas positivas. "Las críticas cuando son malas te destrozan. Estás psicológicamente hundido por lo menos una semana. Me duele. Hay críticas, que si van a hacer daño, lo consiguen. Yo no puedo decir yo paso de las críticas".

La historia del 'sktech' de la guitarra y la silla

Pepe Viyuela fue su primer crítico cuando empezó su carrera como actor. "Me tuve que callar porque no me hacía gracia ni a mí mismo", ha contado sobre cómo empezó su incursión en el humor físico.

Se dio cuenta de que se movía como pez en el agua en este terreno cuando acabó en la RESAD. "Salí de la Escuela de Arte Dramático y empecé a buscar trabajo como todo el mundo. Llamas a las puertas de los sitios que puedes acceder, bares, pequeñas salas... y en todas era una petición común: '¿Humor? ¿Tienes humor?' Y no tenía humor. Acabas de salir de la escuela y Shakespeare no vas a venir a hacer aquí, no te vamos a dejar", ha explicado.

"Empecé a pensar en humor, escribía mis cosillas, me las grababa y cuando las escuchaba pensaba 'qué poca gracia tengo, no funciona, no puedo ser', así que hice una reflexión", ha apuntado sobre cómo decidió dar un giro a sus propuestas escénicas.

La reflexión fue pensar en qué humoristas la hacían gracia y eso le llevó a Chaplin y Buster Keaton. "Esta gente que se había callado y dije: 'Cállate tú y empieza a hacer algo'. en un referente más cercano que era el payaso Charlie Rivel. Tenía un número con una silla y una guitarra", ha explicado sobre una actuación suya que vio en televisión y que le sirvió de inspiración.

"Empecé a hacer cosas con una silla, una guitarra y al final salió el personaje que creo que me ha dado todo. A partir de ahí empecé a trabajar", ha añadido Pepe Viyuela.

Esos inicios en la comedia son los que lleva a Pepe Viyuela a reconocerse como "payaso". "Es lo que me siento", dice. "Un payaso es un payaso y tiene que reconocer de entrada que lo es, que es un desastre y que vive de equivocarse", añade sobre su profesión de la que se siente orgulloso. "Payaso es una palabra preciosa".

El fanatismo que nos hace capaces de todo

Pepe Viyuela está en el cine y también en el teatro con la obra Uz: el pueblo, que define como "una comedia muy salvaje".

"Pasan cosas que iba a decir que sobrepasan lo esperable pero la realidad está tan desbordada... La gente va a llegar y dirá '¿esto es lo que tienes que ofrecerme? Para eso leo un periódico", ha bromeado antes de contar el argumento. "Trata sobre el fanatismo y sobre cómo podemos llegar a hacer barbaridades por aquello en lo que creemos ya sea Dios, el amor, el culto al cuerpo..."

El actor reflexiona y apunta que "la obsesión y el fanatismo te llevan a hacer cosas muy peligrosas". "En el pueblo de la obra [que se representa en el Teatro Español de Madrid] se vive tranquilamente hasta que aparece el fanatismo y destruye todo".