'Flores para Antonio': el emotivo consuelo de una hija en busca de respuestas
Durante tres décadas, Alba Flores evitó hacer preguntas sobre su padre "por respeto". De ahí surge Flores para Antonio, un documental que funciona como homenaje a la memoria de un gran artista y como sanación personal de su hija, que ha estado arropada por toda su familia en el preestreno del Festival de Cine de San Sebastián.
"Sabemos cuál es mi dolor / Por favor, dame calor". Las voces de Antonio Flores y de su hija se encuentran al son de Una espina, la canción que vertebra el documental producido por Alba Flores con dos objetivos: rendir tributo a su padre y reconstruir la historia para ponerle palabras al silencio imperante desde su muerte.
Música, testimonios y una intensa emoción familiar se dan la mano en Flores para Antonio, una película dirigida por Elena Molina e Isaki Lacuesta que va más allá de recorrer "la manera de vivir y de morir" de Antonio. Sobre todo, funciona como el viaje de una niña de ocho años —ahora, de una adulta— que por fin se atreve a plantear todas las preguntas que escondía su mente desde hacía 30 años.
Por Antonio, pero también por Alba
"Todos necesitábamos tu permiso para hablar de Antonio", le dicen a Alba. "Me gusta que estés preguntando todo lo que no has preguntado", añade su tía Rosario. Bajo este prisma se construye el documental, que a priori no iba a tener un enfoque tan protagónico hacia el vínculo hija-padre: "Alba fue muy valiente y generosa. La película es mucho más real, pero eso implicó un trabajo emocional duro por parte de ella y su familia", explica Lacuesta en el Festival de San Sebastián, donde se ha preestrenado antes de su llegada a los cines el 28 de noviembre.
Antes de la proyección en el Teatro Victoria Eugenia, la actriz ha presentado el evento como una "reunión familiar" por dos motivos: porque ha sido la primera vez que toda la familia Flores ha visto el documental y porque el público también forma parte de la historia. "Nosotros vivimos para vosotros, aunque no nos conozcamos, desde que hemos nacido", ha dicho este martes 23 de septiembre.
La película es para la familia, para el público, para Antonio; pero, sobre todo, es para Alba. La de entonces y la de ahora, la que no se atrevía a mantener la herencia musical de su padre fallecido: "¿Por qué no he cantado? No lo sé. Me resultó muy difícil. Sentía un hueco muy grande que se suponía que yo tenía que llenar", cuenta durante el documental, que incorpora su reveladora actuación de No dudaría en 2023 junto a Rosario.
Una variada apuesta visual
Flores para Antonio propone una amplia gana de formatos cinematográficos, empezando por las entrevistas grabadas de Alba Flores a personas cercanas a su padre: Lolita, Rosario, amigos, compañeros como Antonio Carmona y Joaquín Sabina... Con ellas, el espectador —junto a la intérprete— descubre detalles esenciales para desgranar su personalidad y visión artística. Además, se incluyen numerosos collages —como referencia a la pasión de Antonio por ellos— y animaciones a modo de lyric videos que ponen letra a canciones del artista.
A todo esto, se une un exhaustivo trabajo de documentación con numerosas imágenes de archivo: fotografías, vídeos familiares, conciertos, entrevistas o extractos de las películas en las que actuó el madrileño, como Colegas. De hecho, la reconstrucción de la figura de Antonio resulta más interesante cuando todo este material se entrelaza, cuando sus papeles como actor dialogan con las declaraciones. En una escena, su silueta se desvanece entre sábanas —ficción— mientras Alba cuenta cómo se enteró de su muerte —realidad—. También resultan muy expresivos los planos donde la hija, de adulta, observa las grabaciones de su padre; dos miradas que parecen una.

Reconstrucción de una vida
El documental permite conectar con el mito de Antonio Flores desde la sinceridad y el amor de sus seres queridos. La historia de su vida se narra en orden cronológico, empezando por una infancia "muy feliz" y terminando con la emotiva voz de Alba leyendo, con la pantalla en negro, una carta sobre la autopsia de su muerte. Entre medias, se desgrana la evolución musical del artista, desde la canción protesta con No dudaría hasta el rock and roll o las rumbas; desde sus inicios controlados por la discográfica hasta la libertad creativa y su éxito arrollador —en el mal sentido de la palabra—.
Cada secuencia busca entender la muerte de un hombre inseguro, sensible e inseparable del cigarro, la guitarra y el pelo largo. Un hombre atormentado tras su paso por el servicio militar obligatorio, preocupado por las injusticias del mundo y atrapado en los efectos de las drogas. Un hombre enamorado en espíritu de su madre que no quería ser únicamente "el hijo de Lola Flores". Todas estas temáticas se abordan en Flores para Antonio, donde el homenaje de Alba Flores a su padre también es un tributo a la niña que se quedó sin padre demasiado pronto.